El sábado en la noche, en medio de una jornada hermosa de vida, amor y solidaridad en Medellín, el homicidio -mencionado una y otra vez en un texto en señal de rechazo- se salió del libreto y se volvió real: Jóvenes populares que huyen y jóvenes populares que asesinan. Ante nuestros ojos y corazones encendidos y felices de habernos unido para invocar la vida, Yasser Murillo Granados fue atacado por cinco muchachos con arma blanca. La víctima, de 17 años, buscó el cementerio y la multitud como refugio. Estábamos reunidos desde el medio allí en el Festival Instinto de Vida y cuando la agrupación Niquitown estaba en tariman, llegó el joven corriendo, se acercó al centro y pidió ayuda a los organizadores. Con nuestras herramientas, las palabras y la razón, intentamos que quienes lo seguían desistieran pero no fue posible. No hubo tiempo para la razón. No había oídos, solo odio. Lo atacaron y huyeron. Al muchacho, lo auxiliamos primero detrás de tarima y minutos después llegó el personal médico y la ambulancia solicitadas por los organizadores.
El último suspiro de vida del muchacho se quedó entre nosotros y también el dolor de tener que despedir un ciudadano que, aunque pudo haber cometido errores, no merecía ser asesinado. Se especuló mucho: que había robado, que venía de una riña, que era un problema familiar.
Y ante cada posible razón que algunos dieron y otros pidieron y piden ante esta muerte absurda como todo asesinato nosotros repetimos:
No pregunte porqué lo mataron.
¡¡¡¡ Nada Justifica el Homicidio ¡¡¡¡¡¡¡
Superar la derrota de seguirnos matando en Medellín tiene que contar con la participación, el trabajo y la complicidad de toda la sociedad. Para eso nos juntamos el sábado en el Festival Instinto de Vida. E -irónicamente- ante nuestros ojos nos fue arrebatada una vida. Eso nos convoca a llorar, lamentar la muerte, rechazarla pero sobre todo a la acción.
Elegimos festejar la vida en esa zona de la ciudad justamente porque -como en todo rincón donde el abandono del Estado predomina- hay violencia, hay conflictos, hay dificultades. Hasta allí queremos seguir llegando con opciones como el Festival Instinto de Vida y la campaña No Copio y muchos muchos más esfuerzos ciudadanos e institucionales que ofrezcan para los habitantes de los rincones hostiles de Medellín amor, solidaridad, cultura, arte y miradas de futuro. Hemos descubierto que la fórmula más efectiva para salvar vidas es amarnos, solidarizarnos y protegernos entre todos.
Ayer, aunque lo solicitamos no contamos con acompañamiento permanente de la Policía y justo en el momento que persiguen y atacan al muchacho no están los uniformados para reaccionar en su protección. Estábamos sí unas 4 mil personas que pensábamos, al principio, que se trataba de un performance más para llamar la atención con arte. Pero no, esta vez la sangre fue real, como el llanto de nuestras almas que querían sonar más fuertes ante la violencia pero que se detuvieron por un instante ante el horror.
Sin embargo, optamos por nuestro camino de siempre: No permitir que el miedo nos inmovilice, ni cederle a la violencia toda nuestra esperanza.
“No podemos parar. No nos podemos silenciar. El primer acto de resistencia contra el homicidio es encontrarnos. Iniciamos esta campaña y este evento desde la indignación y encontramos que la solidaridad es nuestro acto rebelde. Tenía que pasar eso y nos vamos a continuar queriendo como el principal acto de rebeldía y de cambio”, dijo anoche en tarima después del hecho violento Lukas Jaramillo co fundador de la Campaña No Copio – Instinto de Vida en Medellín y director de Casa de las Estrategias y el Festival donde unas 7 mil personas asistieron a lo largo del día.
A las ocho de la noche, Jasser falleció en la Clínica del Sangrado Corazón. Estaba sin familia o conocidos, acompañado por un integrante de No Copio quien, antes de cerrarle los ojos y desearle buen viaje, le habló para agradecerle su vida; y le demostró que -aunque aún todavía ni sabíamos su nombre- también su vida y su muerte son nuestras.
¡¡¡ Nuestras almas sonarán más fuerte !!! Coreábamos al inicio del Festival. Y lo repetimos hoy. Para que convirtamos el dolor y la indignación del asesinato de anoche y los 433 que suman ya en Medellín en lo que va del año, en fuerza creativa y transformadora. Nuestro propósito, además de expresarnos, homenajear a los ausentes y sanar el dolor juntando abrazos, es lograr los cambios necesarios para que no nos sigamos matando.
Agradecemos a todos los asistentes y cómplices del Festival Instinto de Vida, fueron horas de magia que culminaron en dolor, sí, pero también en resistencia y solidaridad. Los medios, instituciones y amigos no han parado de llamarnos para saber lo que pasó y en qué pueden sumarse. Esta ironía nos pone de frente la peor cara de la violencia en Medellín -el homicidio- y al mismo tiempo nuestro mayor potencial transformador: el amor y la solidaridad.
Los invitamos a hacer de este dolor algo público y sembrar junto a nosotros las plantas y las ideas que están dando frutos como el hermoso Festival realizado ayer, el Protocolo Nada Justifica El Homicidio gracias al cual se han salvado unas 40 vidas llamando al 123 desde agosto, y la Ruta de Atención a Familias Víctimas de Homicidio que este viernes presentamos a la Alcaldía y a los medios.
¡ Que el Instinto de Vida siga latiendo en cada corazón en Medellín ¡
EQUIPO NO COPIO – FESTIVAL INSTINTO DE VIDA MEDELLÍN