Poema amarillista (Santiago Rodas)

rodasHomenaje a David Quintana

La sangre baja por la loma
y alcanza a dar la curva completa.
Los niños al lado del nicho de la virgen
miran atentos al hombre en el suelo.
Uno con la camiseta de Slayer y las manos en los bolsillos
analiza la moto en el pavimento.
Las señoras con las manos cruzadas
miran atentas a los de la Sijin
que toman fotos del rostro para identificarlo.
Los números, como en las películas, marcan los puntos relevantes.
El morral todavía en su espalda,
el casco puesto,
Las manos que ya no se aferran del manubrio de la moto agarran el vacío.

Empieza la lluvia.
La gente se resguarda en los techos.
Hombres con trajes blancos se llevan el cuerpo
que ya no es Juan David Quintana.
La moto queda intacta.
La sangre se mezcla con el agua.
Alguien dice que El Señor sabe hacer sus cosas.
Nadie tendrá que lavar el suelo.

 

Santiago Rodas